El mundo está envejeciendo y esto genera un contexto e impacto social y económico que nos encauza a una mayor integración y colaboración entre generaciones, especialmente aquellas donde la Transformación Digital aún no es un concepto asimilado. 

El Mundo está envejeciendo aceleradamente

Según el informe Perspectivas de la Población Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se prevé que el número de personas mayores de 60 años pase de 962 millones en 2017, lo que representa 13% de la población mundial, a dos mil 100 millones en 2050 (21%)  y tres mil 100 millones en 2100 (28%).

El crecimiento de este sector poblacional es más rápido que el de las personas más jóvenes, lo que, de acuerdo con organismos como la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS), requiere de medidas para, en un futuro, garantizar el bienestar de una población que demanda cuidados específicos.

“El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social…), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales”, advierte Naciones Unidas.

¿Cómo sintonizamos esta transformación social con la transformación digital del mundo?

Nativos digitales, Millenials, Fuerza laboral automatizada, Robots cada vez más inteligentes y una población que envejece. Todos conviviendo, trabajando en conjunto, colaborando, discutiendo, divergiendo, demandando nuevos productos y servicios o demandando “productos y servicios tradicionales o clásicos”, podemos llenarlo con el término o concepto más cliché de moda que se nos ocurra.

“…Robots cada vez más inteligentes y una población que envejece. “

Muchos temen a que los robots los reemplacen en sus trabajos, muchos temen que los mas jóvenes “nativos digitales” los reemplacen por menos dinero o por estar más adaptados a la “nueva realidad digital”.

Lo cierto es que esta discusión no es nueva

Hace 15 años, Nicholas Carr en su libro Does IT Matter? Planteaba que a medida que el poder y la presencia de las tecnologías de la información se empezaron expandir, las compañías lo empezaron a ver como un recurso cada vez más crítico para su éxito y realizó una muy buena analogía con la disrupción que presentó el acceso a la Energía Eléctrica, otra tecnología de infraestructura que surgió en el siglo XIX, y que también proporcionó ventajas sustanciales a las empresas que la adoptaron.

Entre la construcción de las primeras centrales eléctricas, alrededor de 1880, y el cableado de la red eléctrica a principios del siglo XX, la electricidad siguió siendo un recurso escaso, y los fabricantes y otras compañías que pudieron aprovecharla construyendo sus propios generadores, o ubicando sus plantas cerca de estaciones generadoras, a menudo obtuvieron una ventaja operativa importante. 

Podían iluminar sus lugares de trabajo de mejor manera y hacer funcionar su maquinaria por más tiempo y de manera más confiable que los competidores que tenían que seguir confiando en fuentes de energía y luz más primitivas. 

Para utilizar completamente la energía eléctrica, por ejemplo, las fábricas existentes tenían que ser reequipadas con cables y motores eléctricos. Incluso si pudieran aprovechar los generadores locales, muchas empresas simplemente no podían permitirse realizar las renovaciones necesarias de la planta.

A principios del siglo XX, muchas grandes empresas crearon el nuevo puesto de administración de “vicepresidente de electricidad”, un reconocimiento del papel transformador de la electrificación en empresas e industrias. Pero dentro de unos años, a medida que disminuía la importancia estratégica de la electricidad, los vicepresidentes de electricidad fueron desapareciendo de la jerarquía corporativa.

¿Podríamos cambiar las fechas y las tecnologías mencionadas y la historia se repite no? ¿No tendrían los mismos temores al cambio que tenemos hoy en aquella época? Es discutible, pero incluso podríamos pensar que ese cambio hace 200 años puede que haya sido de mayor impacto y más disruptivo que muchas de los cambios que estamos discutiendo en estos momentos en Transformación Digital.

¿Lo importante es que sobrevivimos a ello no? Aprendimos a convivir con esas tecnologías, los trabajos cambiaron, la economía cambió y para todos nosotros hoy en día son cosas habituales.

¿Diferencias con la realidad actual? Bueno, han pasado sólo décadas desde la masificación de las tecnologías de la información y mucho menos desde la irrupción y masificación de internet que creo sin duda es los que ha marcado la diferencia y ha acelerado todos los cambios del último tiempo. La velocidad de los  cambios ha sido exponencial.

La Transformación Digital no es Digital

No me canso de decirlo.

Comprender esto es crucial para responder a la pregunta ¿Cómo sintonizamos esta transformación social con la transformación digital del mundo?

Los nativos digitales tienen mucho que aprender de las generaciones con más experiencia.

Las generaciones con más experiencia tienen mucho que aprender de los nativos digitales. (Sí, tal cual, ya no es sólo que el viejo le enseña al más nuevo solamente, es hacia los dos lados)

Y los robots, bueno, eso da para escribir mucho más. Pero soy positivo y optimista en que vamos a evitar la revolución de las máquinas de Terminator.

Siempre llegamos a lo mismo: los máximos líderes de las organizaciones tienen que orquestar todo este proceso de transformación digital desde el punto de vista de las personas, procesos y tecnologías. Las personas adecuadas (Capacitadas según sus competencias, experiencia, edad, entre otros. Esto es dato.) En el diseño de procesos bien definidos y su ejecución impecable, usando las herramientas tecnológicas más adecuadas para cumplir los objetivos del negocio (no al revés). Cambiar la cultura o morir.